Normalmente, se produce un círculo vicioso en el que el alumno que no comprende el texto no es capaz de localizar su idea principal y menos hacer un esquema; cuando el alumno es capaz de realizar dicho esquema, reconocer las ideas principales… se debe a que el alumno ya comprende el texto. Un modo de trabajar la comprensión lectora es mediante la construcción de inferencias.
En el análisis de las pruebas PISA (2009) se encontró que el 43% de los estudiantes realiza una comprensión fragmentaria de los textos que leen, reconociendo las palabras incluidas en un texto, pero no consiguen determinar por qué se dice lo que se dice o para qué se dice. La lectura es el eje central del proceso educativo, el cual determina el éxito escolar. Cuando se habla de comprensión, se debe asumir que existen tres niveles de comprensión textual:
- El primer nivel: es el literal, se refiere a la capacidad para extraer la información que es explícita en el texto.
- El segundo nivel: es el inferencial, el lector extrae información que está implícita en el texto.
- Tercer nivel: el crítico contextual, el lector asume su posición desde fuera del texto para presentar su punto de vista al respecto.
Una inferencia es toda información que forma parte de la representación que el lector se hace del texto pero que no está incluida explícitamente en el texto. Esta información adicional que nosotros interpretamos enriquece el texto. Existen gran variedad de clasificaciones de los diferentes tipos de inferencias, pero nosotros os vamos a presentar la clasificación de Swinney y Osterhout (1990), los cuales proponen una clasificación en dos grandes grupos: inferencias perceptivas e inferencias cognitivas (necesarias y elaborativas):
- Inferencias perceptivas: elementos cuyo significado debe encontrarse o deducirse del contexto. Su no realización produce una mala comprensión del texto.
- Inferencias cognitivas necesarias o puente: dan coherencia al texto al unir partes que quedarían inconexas. Su no realización produce una mala comprensión del texto.
- Inferencias elaborativas: enriquecen añadiendo información relacionada. Su no elaboración no impide la comprensión del texto.
Se ha estudiado como los alumnos con mayores dificultades de comprensión de textos presentan grandes dificultades a la hora de realizar inferencias, y cómo una buena habilidad inferencial favorece a la comprensión de los mismos. Multiples estudios demuestran que las inferencias son el núcleo de la comprensión e interpretación de la realidad siendo uno de los pilares de la cognición humana. Para realizar inferencias es necesario hacer uso de estrategias cognitivas y metacognitivas, a fin de elaborar proposiciones nuevas desde otras aportadas por el escrito. Por medio de las inferencias, el lector puede reestructurar la información obtenida de la lectura e integrarla dentro de un sistema general.
En el estudio realizado por Ripoll-Salceda et. Al (2007) se observa cómo después de un entrenamiento (con grupo experimental y grupo control), a pesar de la brevedad del entrenamiento, se observa que el grupo experimental presenta una mayor mejoría que el grupo control, siendo el grupo que más progresa cuando en la evaluación inicial era el que menor puntuación presentaba en este aspecto.
Bibliografía:
– Ripoll-Salceda, J. C., Aguado-Alonso, G., & Díaz-Fernández, M. (2007). Mejora de la comprensión lectora mediante el entrenamiento en la construcción de inferencias.
– Montaña, J. O., Cárdenas, S. L. M., Orduz, Y. P., & Caro, E. O. (2017). La lectura inferencial, una clave para potenciar la comprensión lectora. Educación y ciencia, (20), 249-263.
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